sábado, 10 de abril de 2010

Bajo con Jardín, y donde no me encontrarán

Pasé mi infancia viendo un río y chopos que pasaban del verde al amarillo a las ramas vacías desde la cocina de mi casa (y desde el comedor, el cuarto de baño,  el baño de servicio, la habitación de la tata y el pasillo) y un cerro con un convento desde el cuarto de juegos, el despacho, el cuarto del piano, el dormitorio de los niños, el cuarto de mis padres y el pasillo)

Ojo, en las casas no hay salón, hay sala.

Pasé mi infancia viendo nevar de octubre a mayo y saliendo al pinar los domingos que mis padres no huían de semejante entorno. (Si no eres Antonio y no eres Leonor, has tenido que mamar eso para que te guste), mis padres huían y nos arrastraban. Que se lo digan al Pequeño Ramón, cuando eres pequeño vas con tus padres, que le vamos a hacer.

Cierta parte de mi adolescencia pasó por casa con jardín, piscina, tenis, etc...Todo para aislarse del exilio saudoso. Un asco.

Mis pobres padres vivían en el exilio profesional que permitía a las provincias antes de las horribles autonomías que profesionales de otras provincias aterrizaran en cualquier sitio y trajeran aire de fuera allá donde aparecían. Mis padres, en concreto, venían de sitios con mar tan distantes como dispares y aparecieron en Castilla.

No todo fue malo.

Pude ir a una escuela pública, volver a comer a casa, bañarme en el río, jugar en la calle y pagar a cuenta en la librería. Hice (y mantengo)  amigos que hoy son médicos de prestigio o ferreteros. Todos sacan a la Virgen en procesión con tanta devoción como estupefacción por mi parte. Aprendí que la caza y la pesca forman parte de las estaciones, no dependen de ninguna otra cosa.

Aprendí a esquiar  con seis años en un cortafuegos y mis padres desarrollaron una visión universal del mundo que nunca hubieran adquirido si se hubieran quedado en sus ciudades con mar. A veces, el exilio es productivo. Hoy esquía todo el mundo y mis esquís con fijaciones son vintage. Dios Santo, y yo aprendí tarde...


 Aprendí (que pasado de moda) que una es española porque ha nacido en Castilla, su padre es del sur
, su madre  del norte y  su abuelo un  belga que vino como ingeniero a hacer unas minas en Andalucía.  Osea, porque se  es todo a la vez, y nada en particular.  El pueblo debe superarse. Hay que aspirar a a salir  y conocer mas cosas, sin renunciar a disfrutar del origen, pero por supuesto, con la mirada fuera.
El pueblo está bien para algunas cosas, pero es, esencialmente, una paletada.  Y que si puedes salir de aquí, puedes llegar a cualquier sitio. Lo cual no quiere decir que no puedas volver cuando quieras y ser  la mas de pueblo del mundo. Cambiar de registro, se llama..

Así que aterricé en Madrid, después de  salir de mi provincia y pasar por diversos otros sitios y decidí, que para mi y en adelante:

1) Estaba bien vivir en un pueblo, así que me quedaba en el centro de Madrid que es un pueblo con todas las de la ley.

2) Si tenía que tener campo, mejor me volvía a mi ciudad de dos letras en la matrícula, que me conozco a los bichos. Yo no salí del pueblo para volver al pueblo, léase aledaños urbanización de Madrid.

3) Me niego a vivir aislada, mejor me expones a la zanja y el asfalto,  y ya veré como salgo del asunto.

4) Ni piscina, ni jardín,  ni leches. Esto es una manía personal, pero yo no quiero  tener piscina (que he tenido)  ni mucho menos jardín, si para tenerla tengo que vivir en un chalé o en una casa moderna sin balcones  y sin peldaños que crujan, o una urbanización cerrada protegida y homogénea.
 Mejor me voy al hotel Emperador, o me aguanto, o me voy a la Provincia y me baño en el río y en lugar de jardín tengo zopetero.

 Las corralas modernas, donde todo el mundo es igual, jóvenes matrimonios con niños, sin viejos, sin solos, sin diferncias me espantan. En mi casa todo el mundo es distinto y somos variopintos sin ser frikis. (bueno, tal vez somos un poco frikis)

 Y las reuniones de vecinos son deliciosas (otra entrada que les debo)

Y si el pequeño Ramón se tiene que asar en verano, yo me helé en invierno,  y no me ha pasado nada.

Así que no se preocupen, nunca seré la vecina de mucha gente, y cuando me ase de calor y la Plaza de Oriente esté insoportable, saldré corriendo al agua helada del río que yo veía desde la cocina, ( y desde el comedor, el cuarto de baño, el baño de servicio, la habitación de la tata y el pasillo), o me aguantaré y me  sentaré en las tapias del Palacio a tomarme una horchata.

Y como ahora no haya un solo comentario, me voy a plantear lo que ha dicho el anónimo anterior, que mi reinvención no va por aquí...

5 comentarios:

Tikitina dijo...

Por la hora de tu entrada, las dos y pico de la mañana, creo que vas a tener que hacer caso a Tamara y replantearte tus horarios de parada. A este paso vas a empezar a pasarte días sin ducharte, sin afeitarte y desayunando vodka, que no huele a nada y no da el cante.

Como sabes, también soy de provincia castellana de dos letras, pero de la capital de provincia. Mis padres, cada uno de una provincia castellana, de pueblo. No es que renunciaran a sus orígienes pueblerinos, pero mi padre, que estudió la carrera en Madrid en plena postguerra, quedó tan enamorado del asfalto y de las oportunidades que ofrecía una ciudad, que ya se ocupó de que a largo plazo todos acabaramos en una capital de provincias.

Llegué hasta casi la mayoría de edad en dicha ciudad, también con río, con playa e incluso con un puente de hierro con gaviotas. Crecí entre sus nieblas y por extraños avatares de la vida reboté a Galicia, sin padres, para acompañar a una hermana.

Tampoco entiendo las corralas, que empiezan a florecer por las ciudades gallegas. No sé para qué quieren piscina si aquí no te vale más que para dos dias. Vivir de forma estandarizada, a granel y adocenados.

Me encanta mi piso, no es el mejor del mundo, pero tras ver 86 viviendas fue el que nos enamoró. Me gusta vivir en una comunidad, con sus peculiaridades y creo que ni harta de vino iría a vivir a un chalet, en urbanización o no, pues me horroriza los peligros que supone. Y no digamos las arañas.

Me gusta ir andando al trabajo, o en 7 minutos de bus si arrecia el temporal. Es una gozada tener la farmacia a tres minutos, el super a la misma distancia, a cinco de arenero, a diez de la playa urbana.

Mi vida sería perfecta si volviera a lograr otro trabajo urbano pues ahora si estoy decidida a prescindir de mi hijo bobo: el coche.

Tikitina dijo...

Hay webs para publicar ebooks de nuevos autores, de todo tipo, hasta de cocina.

Te paso un ejemplo:

http://www.bubok.es


Empieza a publicar, no dejes de escribir aunque vuelvas a sitios elegantes a trabajar.

Laeconomistadescubierta dijo...

Yo ya no tengo coche, hace años..

Por cierto, ayer era viernes... si no salgo, por lo menos puedo trasnochar en casa...
Mi ciudad castellana también es capital de provincia- ( de tercera, claro, pero capital)

Al Bahri dijo...

Perdonen mi intermitencia ED, CWC y TKT pero a mí me pasa un poco eso que dijo José Hierro de que "cuando no tengo nada que decir, no digo nada y cuando tengo algo que decir pero no sé como decirlo, tampoco digo nada", en fin, salvando las distancias, claro está.
Pero su amenaza de reinventarse en otro sitio suena terrible, así que comento y pregunto.
1) Comentario : dicen que la soledad de la vida moderna no es ajena al hecho de que vivimos unos encima de otros y por tanto no nos vemos casi nunca, mientras que cundo vivíamos unos al lado de otros nos veíamos más al pasar por delante de la puerta de las casas. A mí las ciudades grandes cada vez me resultan más invivibles y creo que acabaré en pueblo pequeño y cerca del mar.
2) pregunta: ¿lo del cocido sigue para el dia 24? o ¿quizás mejor para el día 31? Anden, sean flexibles, que además como CW está en NY y si vuelve estará con el yetlaj pues mejor dejarlo para el 31 ¿no?
Sobre la culpa tendría también algo que decir pero será en la próxima ocasión.

Tikitina dijo...

Acabo de llegar el WFA-delegación Galicia.

Debido a tantas alusiones al mismo, hoy puse mis cinco sentidos (llevaba bien limpias las lentillas) para ver lo que se cocía.

Al ser sábado, además de las pulguillas de metro, estaban padres, madres y abuelos. Algún tío o similar, pero no detecté ninguna marmota.

Me he dado cuenta con horror de varios detalles, sentadita en mi banco y pertrechada con mis gafas de sol y mi botellín de agua (mañana meteré algo más fuerte).

1.- La inmensa mayoría de las madres no se sienta, anda detrás del pequeño todo el tiempo, sin dejarles margen.

2.- La inmensa mayoría de las madres de niños tienden a acercarse a charlar con las niñas de edad similar a las de sus niños.

3.- La inmensa mayoría de las madres de niñas tienden a acercarse a charlar con las niñas de edad similar a las de sus niñas, siempre y cuando sean más monas.

4.- TODAS las madres le preguntaron a mi niña dos cosas: edad y colegio.


Deduzco que las madres de niños van "arrimando" a posibles parejas de sus hijos?

Deduzco que las madres de niñas van "arrimando" a sus niñas a otras monas que serán populares cuando estén en era del pavito?

Deduzco que las madres han iniciado ya el networking de sus vástagos?

Pues no sé, pero lo parecía. Lo que tengo claro es que era el bicho raro de la sucursal.

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