lunes, 7 de junio de 2010

C.W.

Se ha marchado, de momento una semana, a su nuevo destino internacional que la alejará de mi frecuencia y mi órbita y la acercará a mundos mucho mas interesantes. La echaré de menos, pero le aliento y apoyo en este proyecto. Yo haría lo mismo si alguien me invita algo parecido. Mejor dicho, si alguien me hubiera invitado a algo parecido. Hablemos con propiedad.  El presente de indicativo se queda para los que trabajan, no para los que nos hemos quedado entre dos mundos. Entre el WFA y el bonus.

Lo malo de esta chica es que se me va a ir sin haber negociado ni un mal seguro de accidentes, tanto pájaro en la cabeza, tantas ganas de ver mundo y trabajar en Univisión, que claro, le van a dar, en lugar de un pack de expatriado como Dios manda, como poco, el Mongolito de Oro.  Estoy segura que en el proceso de decisión acerca de a quien mandar al Mato Grosso ha influido, además de su indudable valía profesional (les recuerdo que fui yo quien la contrató hace años, a pesar de haber venido en chanclas a la entrevista -recuerden la entrada "suerte y caradura") su innegable falta de atención por detalles que a otro le hubieran preocupado.
"Enviemos a esta, que se apunta a un bombardeo, se habrán dicho los superjefes de Londres.  Si total le da igual Tarancón que Santiago de Chile, anda C.W, pasa tu primero, que a nosotros nos da la risa"


Detalles nimios tales como sueldo, condiciones, seguro de accidentes, fecha de incorporación, donde vivirá, en fin, las cosas que toda aquella persona a la cual envían fuera, sea expatriada o no, pregunta, son detalles que todo el mundo considera, al menos, dignos de valoración.

Menos mi C.W, que, sobreexcitada con la idea de ver mundo, olvida preguntar algunos detalles que a su madre quizás le agobien y a mi me cabrean. No por nada, sino porque me tiene a mi  que no tengo nada mejor que hacer y algún Principal Advisor que de expatriados sabe mas que nadie en España y podríamos decirle algo, pero no se fija.  Ella es así, no se fija. Total, que como no se centre se va a ir y va a poner pasta como poco. Está bien emigrar y ver mundo, pero hija, perder dinero no, que está la cosa muy mal

Y  lo mejor de todo es que luego es una cagada, que cuando llegue mandará cambiar la puerta por otra blindada y lo pagará en tres veces con la tarjeta del Corte Inglés. Y si no, verás. Al final, pone pasta

C.W, escríbenos, anda, cuéntanos como ha sido el aterrizaje y si por lo menos te han mandado a un hotel bueno.  We miss you.

Frecuencias

Desde que he tirado la toalla estoy mucho mas relajada. No hay como saberse fuera para dejar de agobiarse.
Eso si. Ni soy yo, ni sombra de lo que fui.  Como tampoco soy la que se frota con las marmotas ni las vocacionales  estoy sola en mi propia órbita. Total, que toda vez que he perdido bastante de mi personalidad y no he adquirido la nueva, y es posible que por inercia tarde un poco, pues vivo en una frecuencia que habito en soledad y en silencio.  Ni miro el mail, ni twiteo, ni miro linkedin  mas que una vez cada dos días y apago el móvil durante horas.

Me he dado de baja. No sé si soy satélite de mi ombligo u onda-corpusculo, pero ahí estoy, a caballo entre mi antiguo yo y mi futuro quien sabe.

Esto de las frecuencias es curioso. Vivimos al final en el mismo mundo pero cada uno en su órbita, y sólo nos cruzamos cuando nuestras circunstancias coinciden. Nos aproximan las circunstancias, no las personalidades.  Yo me he quedado como los otros, entre dos mundos, y no hablo ni con unos ni con otros. Total, unos están llenos de excusas y prejuicios y los otros de justificaciones y teorías sobre educación infantil e inglés en la infancia.

Es como el concepto salir antes de tener niños y después de tener niños. Yo este puente he estado en un lugar donde hace unos años no me hubieran encontrado ni aunque me lo hubieran regalado y me lo he pasado hasta bien.  En la frecuencia del cubo y la pala, la orillita y el menú infantil. Osea,  por hacer una comparación, la frecuencia levantina no precisamente de John Julius Norwich.   Ya ven, a todo se acostumbra uno, incluido al modelo putamierda, que es un modelo fatal.

Los ingratos

Una de las razones, además de la sequía intelectual, por las que estoy siendo menos constante en el blog es porque creo que me estoy envenenando y una buena Advisor me ha dicho que la negatividad trae negatividad y sobre todo, porque convertirme en una plañidera profesional me recuerda mucho a cierta familiar mía que teniéndolo todo (incluso es funcionaria) se queja sistemáticamente de todo, todo el tiempo.
La sola y remota posibilidad de parecerme a semejante petardo me ha apartado de esta queja que cada vez era mas grande. No les digo yo que no me siga sintiendo igual, pero por lo menos, menos megáfono.
Ayer terminé de tragarme en Telemadrid "El Padrino" que como bien saben es mi película favorita. Cuanto mas la veo mas me gusta y mas cosas aprendo.

Yo he hecho muchos favores laborales a mucha gente. Especialmente a gente que si no hubiera sido por mi  no hubiera podido encontrar un trabajo nunca. Malos expedientes, carreras de  hambre, opositores suspensos con diez años de retraso. En fin, los que jamás hubieran encontrado trabajo si alguien no les hubiera ayudado a empezar.

Lo hice porque a mi me ayudaron cuando terminé mi carrera y me recomendaron . "Entrevista a esta chica, que está buscando trabajo".  Siempre  lo agradeceré y siempre lo recordaré a todo el mundo.  Si sólo hubiera sido por mi carrera, jamás me hubieran contratado. Menos en 1992.

Además, mis padres me enseñaron que hay que ayudar a la gente, que hay que ayudar al que va mal en clase, al que no tiene oído para las audiciones, al que pronuncia mal, al que no sabe comer, al que no encuentra trabajo. En fin, que había que ser buena y que no había que hacerlo para esperar nada a cambio. Se hacía y ya está.

Durante toda mi carrera profesional "moví" los cvs de todos los que me lo pidieron, y muchas veces quedé como el culo. Pedí favores, no para mi, sino para que al menos entrevistaran a mis recomendados. Y en algún caso, obligué a contratar a un becario que de otra manera no encontraba trabajo ni a tiros.

Nunca apunté los favores. Error garrafal. No lo hice por reciprocidad, pero me asombra tanta ingratitud y tan poca colaboración.

Si yo hubiera visto El Padrino con ojos laborales, en lugar de confiar en mis capacidades, hubiera apuntado todos y cada uno de los favores que hice y ahora los estaría cobrando.

Hoy mismo he sabido de una vacante que deja alguien a quien yo ayudé a empezar y que estaría limpiando mocos en algún patio. He tenido que llamar yo para pedirle que me recomiende a su jefe y sugiera mi nombre como sustituta.
Me ha salido con que me iba aburrir y que pagaban poco.

Como tengo la cabeza llena de arena y mocos y sobre todo, porque no quería terminar definitiva y violentamente con una relación que hace muchos años ya era sólo superficial, me he callado.

Porque lo que se merecía era que le llamara ingrata. Ingrata, como todos aquellos que ahora se olvidan del parado como si fuera un apestoso y deciden por el lo que les divierte y lo que es pagar bien o mal.

No tengo claro que vuelva a tener oportunidades de ayudar laboralmente a nadie, pero está claro que nunca jamás, porque no solo me estoy volviendo quejica, sino rencorosa. Y el que quiera un enchufe para entrar en mi colegio, que se lo busque, un traductor de idiomas varios, que lo pague, un revisor de cvs, que lo cuelgue en linkedin, y mis contactos son míos, no de nadie mas.

Y eso si, a partir de ahora, todo, todito, apuntado. Ya ven.

Pablo de Lora

Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...