jueves, 8 de abril de 2010

Mosquitas Muertas y el rictus (de la virginidad)

Por ahí por la Gran Vía decía un anónimo lector que estábamos sentimentalonas últimamente.  Pues no se preocupe, porque la mala leche esencial al carácter no se pasa porque nos paseemos por la Gran Vía recordando épocas mejores.
A mi la mala leche no me da virulenta como a C.W, que es capaz de soltarle una fresca a cualquier mema si  lo amerita. Yo no, yo me reconcentro durante varios meses o años, y el día menos pensado doy donde ya me dijo mi padre que no se podía dar. Lo sorprendente es que llevo años aguantando la mala leche y desde que la dejo fluir, a mi manera vengativa y personal, me encuentro mucho mejor.

Mis padres me  enseñaron que:

1) no se podía/debía hacer escarnio de los defectos físicos, que no son culpa de uno
2) no se podía/debía hacer escarnio de la situación familiar u orígenes
3) no se podía/debía ningunear o recordar a nadie su actual situación debido a la pura suerte (o mala suerte)
4) no se podía putear con premeditación y alevosía, ni mucho menos, vengarse.

Y, muy importante, que no se hacían favores para que te los devolvieran, sino porque hay que ser bueno.

Mis padres son buenos, o por lo menos saben lo que dice el manual "Ser buenos".

Pero yo soy mas peorcita que ellos... y, como Belén Esteban, si me tocan lo mío o los mios. MA-TO
y si tengo que esperar 20 meses para comunicarle a alguna  mosquita muerta a la salida de misa que,

1) tiene muy mala cara
2) probablemente debido a las arrugas
3) con seguridad debido a que folla poco, pero que ya es demasiado tarde para empezar.

Me espero los 20 meses.

Pablo de Lora

Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...