miércoles, 2 de junio de 2010

Carmen Chacón

Believe it or not, me he encontrado a Carmen Chacón dejando los zapatos a poner tapas en el zapatero  del Corte Inglés.

No es la primera vez que me la echo a la cara, que ya una vez la confundí con una que trabajaba en la ONCE y nos llevaba los temas de la LISMI cuando trabajaba en el Sitio Elegante y me abalancé sobre ella en un restaurante y le pedí disculpas por no haberle enviado nosequé de medidas alternativas, ante su estupor y cabreo, porque esta chica se cree guapa, y la de la ONCE precisamente guapa no era, y, por supuesto, el susto de los guardaespaldas y el asombro de mi primo, que me acompañaba a comer.

Reconozco que para mi hubiera sido mejor encontrármela en Bonpoint, donde ella compra ropa a su rorro, y yo no, porque no es exactamente mi estilo, y en este momento tampoco mi presupuesto, pero no, me la he encontrado llevando ambas zapatos a poner tapas y/o medias suelas.

El caso es que el zapatero no es un zapatero, sino que son unos colombianos muy pesados que tardan un siglo en hacer una llave, y claro, se  monta cola y naturalmente, Chacón se pone nerviosita.

Y en esto, llega una Mari de esas que viene "al Centro" desde cualquier barrio de la periferia en autobuses, también llamados camionetas, que mueren en la plaza de la Ópera y proceden de ni lo sé ni me importa, con un jerselín apretado, dejando ver un hermoso escote con un colgante de foto como grabado en oro con alguna técnica que  ignoro, una cruz de Caravaca y unas pechugas impropias de su edad.

Y la Mari se fascina con la visión de la ministra. Que si yo a ti te conozco y te admiro porque tu vales muchísimo. Sabrás tu lo que es valer, que no ves mas que Telecinco y te vistes de rociera con la hermandad de Villaverde Bajo. Ordinaria, paleta, ignorante.  Que esta no es Belén Esteban, que es la ministra, por Dios.

Y la otra creciéndose, oronda y llena de dientes y gafas, y creyéndose de verdad lista y preparada, como si fuera alguna otra cosa que nadie, nunca, jamás, en ninguna parte y a parte ninguna y su público una Mari con jerselín pegado y escote impropio

Me estaba poniendo yo de mala leche entre que los colombianos tardaban y la conversación entre la Mari y la Otra Mari. Mala leche porque esta tía es nada menos que ministra, desertora del arado, sin mas mérito que la Pajín o la Aido, mala leche porque aún así ganan las elecciones y mala leche porque encima la Mari le ha cedido el sitio en la cola de las tapasmediassuelas, porque se le hacía tarde y España se le hundía.

He sido capaz de hacer como si no la conociera de nada, aunque ella miraba alrededor en busca de público que la aplaudiera. Fea eres hija. Cómo se nota que no llevas ni una generación meando en la alfombra.

Y para mas INRI, mis zapatos no estaban.

Pablo de Lora

Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...