sábado, 8 de mayo de 2010

De vuelta: Angel Cristo y Joselito.

Estos días de atrás, además de estar triste, estaba un poco ocupada en otros menesteres.  Es cierto, no he escrito desde el miércoles. No me ha dado la vida. Pero ya he vuelto (cosa que C.W. no ha hecho, desde que se empeña en trabajar con ahínco)

Tengo un poco de perspectiva de mi  breve paso de becaria por el polígono, porqué no me pude quedar y si realmente hubiera aguantado mucho siendo la becaria de la becaria de la becaria de la Srta.Pepis. Creo que no.

Cierto es que por dinero se pueden llegar a hacer todo tipo de cosas. Ya saben, sexo, primacía, territorio y sobre todo, pasta. Al final, ni palancas ni competencias ni infante difunto.  Y es que a mi la dependencia económica, salvo que sea de mi padre, me provoca angustia infinita y agujero tremebundo en el estómago, además de una mala leche considerable.

El trabajo de becaria estaba retribuido como ídem. Eso si, tu Economista, como hablas lenguas varias, hazle una entrevistita a este armenio, y pregúntale a quien quiere mas, si a su papá o a su mamá y luego me haces un informe y me lo explicas.
Aún así, lo acepté, no por el dinero, que se iba integro a pagar a la Marmota, sino por intentar engancharme a algún sitio o al menos, por lo menos, justificar mi tiempo de paro. Eso si, el único enganche posible hubiera sido el de becaria, y no sé si me hubiera hecho feliz o le hubiera acabado llamando paleta a la paleta y feo al feo.
. Otra cosa hubiera sido si,  a pesar de que el trabajo era caca y la Srta. Pepis y el de la Inteligencia Numérica  Alta se confabularan para darse feedback mutuamente en mi culo, hubieran pagado bien.

Ahí ya, como decía Antiguo Novio, somos todos putas.  O, dame pan y llámame tonto. Ya sé, a la larga tampoco funciona, pero a la corta resuelve tela.  Y yo estoy harta de darme las mechas en las escuelas de peluquería.

C.W. Carrington se preguntaba hace algunos años, y preguntaba a quien quisiera participar del quiz, con quien y por cuanto te acostarías con Angel Cristo o  Joselito. Osea, cuánto dinero tendrían que pagarte, y con cual de los dos te acostarías. No se admitían las respuestas "ni por todo el oro del mundo" o "con ninguno de los dos". Había que elegir, y había que poner precio.

Solía ganar Joselito, (que en esa época había sido detenido por narcotráfico o algo así) y la cantidad no la recuerdo, pero al final siempre alguna accedía, por una imaginaria suma, a encamarse con el pequeño Ruiseñor.
 Debe ser porque de Joselito aún habíamos visto alguna imagen limpita, cursi y ñoña, pero limpia, y el otro siempre aparecía con trajes de esos de lamé y con los leones pasando gusa.  Yo creo que por eso ganaba siempre Joselito.

Resulta que el otro día se murió Angel Cristo.  Nos quedamos sin posible comparación y me dio hasta pena.

Ya ven, por dinero, casi cualquier cosa.


Pablo de Lora

Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...