Contradicciones que me gustaría que alguien me explicara

Existen determinados comportamientos que se asocian con el pensamiento progre y feministoide, y, sin embargo, son lo mas carca e hipócrita que existe.

Por ejemplo, las manifestaciones religiosas en los colegios y sitios se consideran aberrantes y deben ser suprimidas, peero, se permite el velo a las musulmanas.
O, se hacen leyes de discriminación positiva y de cuotas para las mujeres pero nadie tose ante la desigualdad jurídica de la mujer en el islam en lo que tiene que ver con matrimonio o custodia de hijos, por citar dos ejemplos.
 Se plantea incluso aceptar que dos viudas puedan tener derecho a una pensión, si estaban casadas con el mismo hombre, ya que su matrimonio tiene validez aquí.
O se enarbola la bandera de la maternidad para sacar a las mujeres del mercado laboral, precisamente las que mas feministas se consideran. Que simpático Carlos González diciendo que nuestras abuelas no trabajaban, no que va, se deslomaban, que no había ni lavadora ni lavaplatos. A lo mejor la mía tenía servicio, pero vamos, trabajar, en el campo, en el mar, en la fábrica o fregando, las mujeres han trabajado siempre. Si lo que le pasa a este señor es que no le va a faltar el sueldo porque es funcionario, pues que lo diga...
O se castiga mas a un hombre que mata a una mujer que viceversa, cuando ambos delitos deberían ser asesinatos, y como tal, penados. Es cierto, aquí nada está penado. Que se lo digan a Roldán que está mazándose a vinos en las terrazas de Rosales. O a de Juana y su bella esposa
O, se ponen como fieras contra los obispos, pero nadie se atreve a cerrar las mezquitas ilegales.
O se quejan de desigualdades de sueldo, cuando llevan toda la vida con media jornada.
O se rasgan las vestiduras con la ley del aborto y el matrimonio homosexual, pero no dicen nada de quitarlo ni mucho menos de prohibir la poligamia, que en España existe.

En fin, que se me ocurren cientos de ejemplos de como se puede decir una cosa y hacer la contraria y quedarse mas anchos que largos. Que se lo pregunten a Felipe González, que resulta que ahora es un Hombre de Estado.