domingo, 11 de abril de 2010

La falacia del conocimiento como utilidad

Dado que es posible que tenga que reinventarme, ando buscando alternativas de (cómo no) estudiar algo, ya que con este cuerpo y esta edad parece razonable que todo lo que me de de comer tenga al final un matiz intelectualón, a pesar de que de tanto estar overqualified además de ser pedante, estoy parada.

 Así que he empezado a ver que ofrecen las diez mil universidades públicas de Madrid porque no entra en los planes pagar ninguna privada y mirar en que consistía eso de Bolonia.

Y estoy muy triste.
Pero que muy triste.

Bolonia es el camino de la super super super especialización que es la cosa que a mi mas me espanta. Es decir, si ya nos separaron entre ciencias y letras, convirtiéndome a mi en una incapaz para el polinomio y a muchos otros a unos analfabetos funcionales, ahora vamos a sub-sub-subespecializar a los universitarios de modo que :

1) limiten sus conocimientos a lo mas específico
2) limiten su empleabilidad. Si señor, su empleabilidad, aunque parezca otra cosa. Si uno sólo sabe una cosa sólo le contratarán para esa, y si no hay trabajo de esa se comerá los mocos a cucharadas.
3) limiten su inquietud de aprender, y mucho menos hacer un doctorado, que no desaparece, pero para el caso, como si hubiera desaparecido.

Tengo la sensación de que yo me equivoqué de siglo para nacer y vivir. Para algunas cosas me siento mas adelantada que la mayor parte de la gente, y para otras, me siento completamente fuera de mi tiempo.

Hablando con nosequé indocumentada, me vino a decir que eso estaba bien, porque había que hacer cosas que "sirvieran" para algo.
Y desde luego, la teoría esa  de que las cosas y los conocimientos tienen que ser útiles y todo lo que no tiene una aplicación técnica inmediata no sirve para nada,  me termina de descomponer.  Si  eso fuera así, ni el arte, ni la música, ni la literatura, ni la alta cocina, ni los orgasmos tendrían sentido. No "tienen utilidad", solo existen para que uno disfrute, mire usted por donde.

Y lo que mas me cuesta entender es como se puede ser hedonista para unas cosas y no para otras. Si te parece que sólo hay que hacer las cosas que "sirven" para algo, que te pongan a pan y agua, o mejor aún, a harina y agua que para sobrevivir sirven.

WFA, en fin de semana

Como debíamos estar todos hasta el gorro de estar encerrados, nos hemos echado a la calle, a tomar el sol y hacer la fotosíntesis.
 Familias enteras  arrastrando los pies, no precisamente los Oriol, ni los Oriol Urquijo, ni los Oriol Domecq.

El centro es lo que tiene. "diversity", que se llama, y que ya es un KPI de determinadas organizaciones.

En el WFA, los fines de semana  hay toda la "diversity" del mundo. Entre semana también, porque el centro les gusta para vivir por ejemplo a los corresponsales guiris, los gays casados y estables, o  los músicos del Real, ademas de los actores, los anticuarios o los snobs.  A estos hay que sumar a los que llevan toda la vida allí, en un pisazo de 400 metros en una casa entera de su madre o abuela, y con sus primos por vecinos. Los del barrio de toda la vida, con dos apellidos compuestos y un nicho en la cripta de San Ginés. Faltaría mas.
Además,  por supuesto, los chinos, que han convertido la calle mas barata del Monopoly (Leganitos) en una avenida de innegable valor comercial, mas los que aparecimos allí por diversas causas y no nos podemos catalogar como ninguna de las anteriores especies.
Así que el WFA, entre semana, es una mezcla de uniformes del Colegio Británico, el Estudio y el Rosales, mas las monjas de la Puerta de Toledo. Público no hay. Así de bien pensado está el centro. El alcalde se cree que no vive nadie.. que solo hay turistas en sus horriblemente peatonalizadas calles.



Pero además, los fines de semana aparecen muchos mas. (sin contar a los guiris que están siempre)

1) los que dicen que están encantados en su "urba", pero mira tu que bien, vienen a la Plaza de Oriente los fines de semana ¿que pasa, que en Boadilla no hay columpios ni terrazas?  ¿que en Pozuelo no hay Corte Inglés? Pues eso, usted, a su pueblo que en verano tiene piscina.

2) los de los barrios de mas allá de la Casa de Campo. Se da la circunstancia que los autobuses que vienen de por allí terminan en Ópera. Familias enteras para hacerse fotos delante de la puerta del Príncipe y parejas de ancianetes que van a bailar a sitios de esos de parejas. La monda.

3) Los novios, niños de primera comunión y similares. Vi el año pasado a una novia con tatuaje en el hombro que todavía la recuerdo. Con toda seguridad, cuando la demencia senil me impida recordar mi nombre, recordaré el tatuaje. Inenarrable.

4) Los "nuevos españoles" (¿quien es políticamente incorrecta?), que también van de 15 en 15 a tapar la calle que no pase nadie y que se empeñan en hacer picnic y cuyos niños, mucho mas gordos y corpulentos que los nuestros (y con gorra al revés) empujan a todo el mundo en el tobogán.

Y todo eso, por supuesto, enseñando los dedos de los pies.

Les subo unas fotos, para que se hagan una idea. La sombra es la de la Economista, y la indicación del aparcamiento lleno, un detalle sin mas...

Pablo de Lora

Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...