Yo siempre tuve a gala considerarme, con bastante poca modestia por mi parte, que era una mujer culta. Tuve un novio que me dejó porque dijo que quería salir con una chica y no con un diccionario y me lo tomé como un halago... La verdad es bien distinta. A pesar de lo pésima ama de casa que soy, resulta que soy una maruja, una maruja con pretensiones cultivadas, pero maruja al fin y al cabo. Tengo que confesar que estoy enganchada a las telenovelas mexicanas. No a todas, por supuesto, pero si a aquellas de las llamadas "de época" (como los muebles "de estilo") ¿de qué estilo? pues eso, de época. Internet, que me posibilita estos desahogos me ha permitido también entrar en el mundo de la descarga de la telenovela. Y google me ha enseñado el buen criterio de la discriminación.
Por ejemplo:
Buscar. Telenovela mexicana & época & televisa
Y ahí te sale un ranking. Alborada, Alondra, Corazón Salvaje, Ramona....
Sigues.
Descargar telenovelas & gratis (soy pobre, os recuerdo)
y ahí te salen mil foros donde la gente escribe sin zetas.... y las claves para llenar tu mac (rescoldo pasado de la época culta y fashion) de capítulos y capítulos de telenovelas.
Por supuesto existe la posibilidad de comprarlas, pero claro, "ni modo", somos pobres, marujas, en paro, y no gastamos dinero en adquisición de telenovelas, faltaría mas.
Me he tragado ya dos. Para ser honrados (que no honestos) este es un vicio antiguo, contraído durante la preparación de la selectividad, que el trabajo se había ocupado de desterrar... Yo como nadie lloré la muerte de Eduardo Palomo y aprendí quien era Caridad Bravo Adams, pero entonces sólo tenía VHS y grabar las telenovelas era un tormento, no te digo ya almacenarlas... Pero durante la no baja maternal descubrí un canal donde las ponían.. y el que ha sido fumador siempre vuelve.
Como sigo pretendiendo ser cultilla (que no culta), me pertrecho con un diccionario, y apunto las palabras que no conozco... así aparecieron alebrestado, fiol, anafre (esta sale en el villancico de la burra que va hacia Belén) y, como no ameritar y chimpayate...Por no hablar de escuincle, que es preciosa... Esta es una autojustificación que una se hace cuando se da cuenta que su vida transcurre entre el parque y el puré, el biberón y el pañal...
Naturalmente este es un vicio inconfesable. Aquí, como estoy oculta, lo cuento. La pena es no tener talento, porque ahora mismo escribía una real como la vida misma, pero como si tuve talento lo perdí en algún sitio, no me sale ni el primer capítulo
