sábado, 6 de marzo de 2010

The rules III

Ya saben que vivimos en tiempos tontos. Pero definitivamente estos no han sido nuestros tiempos mas tontos. Cierto es que hubo otro tiempo donde nuestra capacidad literarioproductiva era el producto de lo que Antiguo Novio (no el americano y NO vale contar el número de novios) llamaba "el dolor fértil". Así que el producto literario entraba en la categoría de diario. Caca, o el intento web. www.telenovelista.com, caca al cuadrado.
Eso seguro.

Pero es que en aquel tiempo ambas sufríamos muchisísimo y todavía no eramos tan cínicas.  Hundíamos nuestras penas en Bull Shot con muchísimas aceitunas y patatas, y se nos antojaba que nuestro dolor éra único.

Que pringadas.

C.W, que es fuerte y dura como una piedra, se desplomaba entre los libros de  su segunda carrera y yo tenía una caja de lexatín 3 (no 1.5, que es muy flojo) encima de la mesa del despacho, e incluso una vez me limpié las lagrimas con un calcetín (limpio) de la bolsa del gimnasio (iba al gimnasio, recuerden, tenía pasta).

Llevo yo unas semanas, en las que mientras mi autoestima profesional se cuela por el desagüe, la personal está por las nubes. Y es que, gracias a google y a mi dichoso nombrecito, aparecen de la nada y del pasado, antiguos novios/novietes,  que me buscan y me encuentran (ya les he dicho que NO vale contar los novios) y que de repente quieren volver a saber de mi.   Dado que en la mayor parte de las veces, simplemente "Timing was wrong", y no me siento especialmente culpable de nada,  llevo toda la semana con una sonrisa de satisfacción que no se me quita.

Y no es porque pretendan nada, ni porque estén todos en la crisis de los mas que cuarentones, es que de repente, les hace (o eso dicen) mucha ilusión saber de mi, y que pasó de mi vida.  Y por supuesto, encuentro que estoy mejor que ellos, incluso de los que eran muy guapos.

C.W y yo nunca fuimos muy capaces de utilizar las Rules. Aceptamos invitaciones que no debimos, enviamos cartas que siempre nos arrepentiremos de haber escrito, nunca nos hicimos las interesantes, y (especialmente yo) fuimos capaces de perdonar lo imperdonable y retirarnos cuando ya no podíamos hacer mas el ridículo.  Gracias Dios mío por haberme permitido conocer el gintonix.

A lo mejor por eso, ahora, y de repente, les ha dado a todos por aparecer, en un goteo inexplicable de mails surgidos de la nada. Y voy a hacer yo un directorio que se llame.

Antiguos novios >nuevas terapias de autoestima>mails

Pablo de Lora

Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...