domingo, 15 de marzo de 2020

Encerrada- como todos-



Podría hacerles un resumen de los últimos meses, que digo meses, si son años, pero creo que ya no me lo perdonarían y con toda la razón del mundo.

Digamos que long story short los avatares laborales me volvieron a poner abajo y otra vez arriba y esta vez me tienen lejos de casa, viviendo una especie de esquizofrenia laboral y personal que en lo único que compensa es en lo económico.

Hace mucho que lo único que me interesó de mi trabajo es conservarlo, y, aún así no se que hice en alguna otra vida que cada cierto tiempo me encuentro con que por mucho que hago por conservarlo, alguien prefiere que no lo haga.

Como decía Antiguo Novio, en el trabajo, Descubierta mía, todos somos putas.

Bueno, pues yo ahora, todavía más vieja y todavía haciendo bolos por el mundo. Por culpa de mi mala cabeza.

Entre los ires y los venires me agarró la pandemia en Madrid, que no es donde debo estar pero  si donde debería estar.

Yo me entiendo.

Llegué el jueves y de repente no solo no me dejaron salir, sino que tampoco me hubieran dejado entrar.

Podría estar rajando todo el tiempo sobre si aquellas mentecatas, incluida la mema de mi cuñada, que se fueron vestidas de espantajos a reivindicar lo que a ellas nunca les faltó, no serán culpables de delito contra la humanidad si al final vamos a palmar todos.

Mejor pandemia que guerra, pero que tontamente, oiga, que tontamente.











Pablo de Lora

Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...