miércoles, 5 de mayo de 2010

Estoy triste

No me llaman para decirme que no, pero como tampoco me llaman para decirme que si, claramente están negociando con el otro.

Tengo la peor de las envidias. Tristeza del bien ajeno, que se llama y que no he sentido jamás en mi vida porque estaba muy contenta de mi misma y de mi situación. Es curioso lo segura que he podido llegar a estar de que mis capacidades siempre me permitirían trabajar. Y no.

Hoy en linkedin se ha montado una pelea virtual entre una que hace coaching y está enfadada porque mucha gente hace coaching y se pregunta donde se certificaron y de donde han salido y los que la jaleaban o discutían.  He estado a punto de meterme a polemizar para preguntarle quien certificó al primer certificador y donde pone que su título es mejor que el de otros.  Lo que pasa es que pagó muchísimo por hacer un cursillo y ahora le salen competidores. Y claro, eso joroba. Hay que repartirse la merienda.

Nunca tuve la posición de haberme vuelto "senior", sobre todo porque sigo pensando que no tengo edad para pintarme las uñas... y de repente me dicen que no tengo "potencial de crecimiento".  Bueno, sé que mido menos de poco, pero todavía creía que podía hacer algo en el trabajo, pero por lo visto no es así.

Y si, estoy triste, porque este sitio era El Sitio donde siempre quise trabajar, y aunque todavía no me han dicho que no, ustedes y yo sabemos que están negociando con el otro, que es mas joven, es un chico, y está trabajando.  Sei-la, que se dice en portugués...

PD: por cierto, fui  interprete en los juzgados de guardia una temporada, pero entre que en lugar de traducir reñía y aconsejaba  "no robes, idiota, no ves que no merece la pena" y que pagaban tarde, mal y nunca, dejé de ir...

Pablo de Lora

Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...