viernes, 20 de mayo de 2011

El suicidio de Pepito Grillo

Tenemos un profe nuevo de Recursos Humanos que se ha estrenado hoy y la verdad es que me ha gustado bastante. He tomado muchas notas para futuras entradas, pero ha habido una cosa que me ha inspirado de forma inmediata. Un compañero ha preguntado si los empleados críticos son buenos para las organizaciones, y la respuesta del profe es que la crítica está bien, pero los Pepitos Grillo terminan muchas veces suicidándose.

Para el que no lo recuerde, Pepito Grillo era la conciencia de Pinocho. Y ahí empieza el primer matiz. Hay empleados que recuerdan, en conciencia, a sus jefes o a sus colegas, las cosas que se hacen mal. Y hay también reventadores profesionales, y después hay  críticos por sistema. Los primeros son deseables, y los últimos son esos que dice el profe que se acaban suicidando. Mas que suicidando, yo creo que se acaban comprando la cuerda y pagando al verdugo.

Reconozco que en el pasado yo era muy corporativa, pero muy crítica. Le daba la tabarra muchísimo a mi jefe con las cosas que estaban mal. Y estaban mal, no porque lo dijera yo, sino porque lo sabíamos todos, y así nos fue. El Sitio Elegante acabó vendido por culpa de la mala gestión de sus directivos y las ganas de venderlo de la propiedad.

Hice un par de enemigos declarados, y tuve partidarios y detractores. Un error de libro.

Mi jefe, que era muy listo y muy paciente conmigo, sabía manejar mi descontento y me enseñó (frase celebre)  a no subirme al palito, a ser precavida en mis opiniones, y a no ponerme al frente de la manifestación si la manifestación no llevaba mas que al precipicio. Después, me pasaba la mano por el lomo, me daba un poco de salario emocional, me daba la razón, me calmaba, y me hacía ver que en el Recurso Humano hay que moverse en el ámbito de lo posible, y no enfrentarse con todo el mundo, porque de esa manera no se conseguía nada.

Mi jefe era un superviviente nato, y un negociador muy hábil, mas que curtido en mesas sindicales.
Los últimos meses yo estaba muy pero que muy enfadada con el, pero, en el momento preciso me pidió perdón con humildad, y como yo en el fondo soy blandita, y la palabra perdón me puede, pues le perdoné y ahora con distancia veo todo lo muchísimo que aprendí con el y ahora soy su amiga.

Yo me suicidé, porque cuando llegó el nuevo dueño estaba demasiado significada como para poder permanecer.  Y en lugar de esforzarme por adaptarme fui tan chula que acepté desde el principio que conmigo no contaban.  De eso también aprendí.

Aún así, los había mas críticos que yo, los reventadores profesionales y los que se pasan el día criticando al que les paga el sueldo. Yo de esos nunca fuí. A mi  mi Sitio Elegante me gustaba muchísimo y lo que no quería es que se fuera a pique. Hay gente que se queja por sistema, y son un coñazo y nadie les quiere ni para tomar café. Los quejicas sistemáticos son como los hipocondríacos. Una pesadez.  Y hay gente que no se ha dado cuenta de que les pagan por trabajar, no por dar por culo. Hombre por Dios.

Y, además, lo malo es que todavía no se han enterado de que eso no sirve para nada, es "que se joda el general que no como rancho", o como dicen los niños "no respiro". Pues no respires, y no comas rancho, o quémate a lo bonzo en la puerta de la ONU...



Pablo de Lora

Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...