Matemáticos, Informáticos, Hackers y otros espías

Iba yo hoy en el metro pensando frívolamente en lo feos que somos los españoles y los que no son españoles y lo mal vestidos que vamos y lo lleno que va el metro siempre mientras curioseaba además lo que la gente lee, periódicos gratuitos llenos de tantosporcientos, novelas de esas suecas, el Hola, que salía hoy, apuntes de la universidad, manuales de autoescuelas y de repente, he visto a una chica con un libro de esos de que salen por colecciones en los kioskos. "Matemáticos, Informáticos, Hackers y otros espías". A lo mejor el título no es exacto, porque no he podido verlo bien, pero era algo así.

Yo hubiera sido una espía fenomenal. No porque me interese el resultado, no porque sea cotilla, ni me interese mucho la vida de los demás. A mi  lo que me interesa el proceso de averiguación. Disfruto como una enana investigando, la mayor parte de las veces, tonterías.

De hecho, me paso el día resercheando y he rozado límites digamos indebidos, que no ilegales.

Leerle los sms al novio para ver si te la pega, es feo, pero sobre todo, no tiene mérito. En el amor y en la guerra se supone que vale todo.  Se trata de ir descubriendo cómo es el otro sin que el otro se entere. Y el  otro no tiene porqué ser ni siquiera conocido.

Como en "La ventana Indiscreta" puede uno ir quedándose con informaciones que sirven para hacerse una idea de lo que uno quiere.  La mayor parte de las veces para apuntalar los prejuicios. Los prejuicios en portugués se llaman "preconceitos", osea, que no juzgas, sino que conceptúas.  Uno tiene una idea y busca indicios por ahí para demostrársela a si mismo.

En los creadores de perfiles deseables, yo me esmero en averiguar los minidatos esenciales de su pasado que el sujeto en cuestión trata de ocultar.  En las procuradoras de novioomarido (las evidentes no, que esas saltan a la vista) me entretengo en descubrir cada una de las artimañas de recolectora en  pos de cazador.
Y una vez, incluso, me entretuve en averiguar cómo una que trataba de levantarme un novio rediseñaba su presente para parecerse a mi, mientras yo hacía lo propio para parecerme a ella y provocar en el tipo  una "grande confussao"- . Si ella proponía algo, yo proponía lo mismo y me sincronicé sin que ella lo supiera.  Todavía de vez en cuando le hago un seguimiento esporádico. Confianza es buena, control es mejor.

Seguir los hábitos de consumo para dirigir la publicidad es fácil, o debe serlo, pero yo pretendo siempre demostrar lo que en el fondo yo quiero, mi "preconcepto". Y les prometo que soy especialista.

Como además tengo una memoria estupenda puedo retener nombres y guardarlos para si es necesario hacer un poco de name dropping que provoque en el investigado la eclosión de la prueba definitiva.

Ahora que estoy planteándome nuevas alternativas laborales para el caso de que nunca mas vuelva a tener un trabajo parecido al que tuve, estoy pensando seriamente hacerme detective, experta en seguridad informática o cualquier cosa que me obligue  a investigar.
 Tamara 3.0, que es muy amable, me llamó "parada aburridilla, así que cualquier día, convencida como estoy de lo que es, (una inventora de perfil deseable) voy a dedicarme a investigarla para confirmarme a mi misma que lo es. Lo divertido no es el resultado, sino el proceso.

No me parece que vaya a ser difícil.