Hay mujeres (hombres no se, todavía no he analizado el fenómeno en ellos) que tienen lentejuelas en el pelo en vez de neuronas en el cerebro. El problema es que ellas no lo saben, y van por la vida la mar de contentas sin darse cuenta que la gente les mira y se extraña.
Hace poco estuve con una de ellas. Tengo esa capacidad de asombro que tienen los niños y cada vez que me la encuentro me sorprende que todavía no se haya dado cuenta de las lentejuelas o que nadie de su familia o amigos se lo haya hecho saber.
Por supuesto, como nos somos amigas yo tampoco se lo digo y de hecho, cada vez que una de esas lentejuelas brilla me sonrío y hasta me divierto. Hubo una época en que quería tirarla de los pelos y quitárselas a zarpazos, pero eso ya pasó. La edad que todo lo calma … o como dice Economista, tengo mi Ciclogénesis bastante controlada, y ahora es Implosiva en vez de Explosiva.
Los brillos del último día eran de los de lentejuelas de Paco Rabanne en vez de lentejuelas de Valentino. Todo desbordado, exagerado y muy muy cursi. Eran las 12 de la mañana, en el campo y ella llevaba tacones, transparencias y además de las lentejuelas mentales llevaba las físicas en pantalón y camiseta. Victoria Beckham (o como se escriba) a su lado era la ministra de Defensa, pasando revista con la panza embarazada. Y la pobre seguro que había pasado 2 días pensando que se ponía.
Nos disponíamos a tomar el aperitivo cuando sacó para sus hijos unas bolsitas de tela roja de cuadritos con unos peces en fieltro y bordado (o zurcido, que yo no entiendo de eso ..) el nombre de cada uno de ellos. Entonces brilló una lentejuela y dijo: “He tardado más de 6 horas en hacerlas” y sonrió satisfecha, como si el resto tuviéramos que ponernos a llorar de la emoción de estar delante de alguien con tal dedicación, concentración e iniciativa (he aquí un claro ejemplo de iniciativa estéril).
“Contente” pensé. No digas que más le valdría haber estado esas horas leyendo un libro o un periódico de cabo a rabo que perdiendo su tiempo y el de sus hijos en memeces. Su marido (directamente sin pelo) la miró embelesado y pensó que había hecho bien en elegirla como madre para sus hijos, que su educación estaba en buenas manos, y que encima se habían ahorrado 2 euros en las bolsitas.
Pero lo peor es que la impresión que una madre abnegada puede dar es de ser no tonta, sino cándida. Y de cándida nada, que tiene una mala leche que no puede con ella, que lanza lentejuelas a los ojos de las que considera su competencia y que intenta que brillen a costa de echarte mierda a ti. Vamos, un angelito de mujer. Una mosquita muerta con purpurina en las alas…
Aggg … se me esta explosionando la implosión!!!!!
12 comentarios:
La conozco.... A ella y a sus amiguitas... siempre me toca sentarme a su lado en las cenas por ser mujer: hablan de "tatas", confección de cortinas y de colegios... de colegios hablan continuamente, están obsesionadas... Mientras al otro lado los hombres hablan de cosas mucho más interesantes...
Anónimo: eso que dices me suena. Es lo malo de ir de "consorte" a determinandos eventos, coincides con las que han elegido quedar en casa cuidando de la prole y educándolos y esos son los temas de conversación que tienes.
Y mientras, resignada, por el rabillo de la oreja, escucho a ellos hablar de economía, política o cualquier otra cosa.
La mujer "lentejuela" yo la denomino mujer-geisa: tiene a todo el mundo contento y admirado de lo bien que hace todo, y de la cantidad de cosas que le da tiempo a hacer en un día.
Y de mocos, de toses, de jarabes, antibioticos e inhaladores..... Dios, que ganas de que acabe el invierno!!!!
Normal que cada vez que salgamos a cenar con ellas acabe con una cogorza bastante maja..... es lo malo de la sedación a base de gintonix
Ese es otro rasgo del que no he hablado que es que cada vez que tu te tomas una copa, una lentejuela sale volando directamente hacia tí, a la vez que la ceja se eleva.
Si tuvieran algún pensamiento entre tanta lentejuela sería del tipo de "qué poca clase tomarse gintonics de 2 en 2. Ésta acaba mal seguro. Las mujeres no beben de esa manera"
¿cómo que no beben?
yo bebo..
No beben ... Coca-Cola Light como mucho.
Y sobre todo dicen que existe algo después del embarazo que te impide beber.
Es que piensan que es cosa de hombres.
Mi madre me dijo una vez que el Poker era cosa de hombres y ahora juego mucho mejor que cualquier hombre que conozco. Sólo necesito que me piquen para mostrar todo mi potencial.
Yo también la conozco, es de las que piensan que hay personas que nacen para servir a otras personas como ella, porque hay castas, porque debe haberlas, y porque el mundo se fue al garete el día en que todos pudimos comer gambas...
No tengo mucho tiempo ahora, pero no puedo menos de discrepar del tono general de la entrada y los comentarios. En particular de Anónimo y Tikitina:... "mientras los hombres hablan de cosas mucho más interesantes.." Yo particularmente me suelo morir de aburrimiento en las "conversaciones de hombres". En general tratan de: 1º trabajo. 2º trabajo 3º coches 4º tías (ya con unas copas). Gilipollas hay de todos los sexos y de todos los pelos, no seamos machistas tampoco, amigos/as/is.
Al Bahri, cuánta razón lleva...
De todas frmas, no hay como cambiarse de sitio, no veo el problema, sólo acabar tan chispeante como una burbuja Freixenet a causa del lanzamiento masivo de burbujas.
Al bahri, estoy de su lado.
Para mi es más interesante hablar en un grupo de mujeres que en uno de hombre que se habla de los temas que dice. eso sí, por orden inverso: 1.- tías 2.- coches (pq han visto a una tía qeu lo conduce) 3.-trabajo (de las tías del trabajo) Quizá será que en los grupos en los que estoy las copas las traen de serie.
Para no quitarle la razón nadie, supongo que mujeres y hombre solos por separado, hablan temas distintos que cuando hay mezcla. Entonces, ¿por qué es malo la cuota? VIVA LA MINISTRA!!!!
Sin complejines.
Lamento molestarle, pero yo soy de la opinión de que el mundo se acabó el dia que todos pudieron comer gambas.
Es "la democratización del pollo"
Laeconomistadescubierta:
La democratización del pollo, y la de la lentejuela. El gran problema es que "ella" se lamentaría de lo primero sin darse cuenta de que se ha beneficiado de lo segundo.
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