Digamos que preferíría distinguir ser una persona afortunada y tener suerte. He pasado largos meses en el paro y en el WFA y ahora, si he encontrado trabajo no ha sido por suerte, aunque me considere afortunada por tenerlo.
Lo siento, atribuir a la suerte (vease la entrada "suerte y caradura" de C.W.) la causa de gran parte de los acontecimientos de nuestra vida es, como poco, injusto.
Suerte es que te toque la lotería, y aún así, hay que jugar. Suerte, o mejor, buena fortuna, tiene Esperanza Aguirre que hace oposiciones para morirse sea en helicópteros o atentados, y se libra siempre
Pero las cosas que nos suceden no suceden porque si, y no son producto de la suerte.
Siempre me ha tocado las narices que dijeran que yo tenía mucha suerte, "tu tienes mucha suerte, tienes oido", hombre, el oido se educa, lo que pasa es que hay que pasar muchas horas con la cintita de marras repitiendo sonidos. Eso no es suerte, es constancia.
Siempre me ha parecido que pensar lo que es o parece de justicia es producto de la suerte es de envidioso.
No me tengo por desafortunada, pero de momento, las cosas que me han pasado no son atribuibles a la buena suerte. A lo mejor es que me las curré...
Lo siento, atribuir a la suerte (vease la entrada "suerte y caradura" de C.W.) la causa de gran parte de los acontecimientos de nuestra vida es, como poco, injusto.
Suerte es que te toque la lotería, y aún así, hay que jugar. Suerte, o mejor, buena fortuna, tiene Esperanza Aguirre que hace oposiciones para morirse sea en helicópteros o atentados, y se libra siempre
Pero las cosas que nos suceden no suceden porque si, y no son producto de la suerte.
Siempre me ha tocado las narices que dijeran que yo tenía mucha suerte, "tu tienes mucha suerte, tienes oido", hombre, el oido se educa, lo que pasa es que hay que pasar muchas horas con la cintita de marras repitiendo sonidos. Eso no es suerte, es constancia.
Siempre me ha parecido que pensar lo que es o parece de justicia es producto de la suerte es de envidioso.
No me tengo por desafortunada, pero de momento, las cosas que me han pasado no son atribuibles a la buena suerte. A lo mejor es que me las curré...
1 comentario:
(Mapache)
La suerte es la excusa fácil del perdedor que no ha luchado por no serlo. Para la gente así, los éxitos de los demás son fruto de la buena suerte, los fracasos suyos lo son de la mala suerte.
Cada vez qué recuedo lo que aquel idiota con "TDAH" (un eufemismo, era pura estupidez y vagancia) que se hacía llamar alumno mío me dijo un día... "Tú es que tienes suerte de no tener TDAH como yo". Al principio me sentí mal pensando si era cierto, luego la madre de mi novia, profesora de instituto de delincuentes reales y en potencia, me sacó de dudas: las dos terceras partes de sus alumnos también tenían TDAH.
La utilización de la suerte como excusa de nuestras miserias es mucho más cómodo que mover el culo y forzar tu propia buena suerte.
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