lunes, 25 de abril de 2011

Método japonés

Como ustedes saben, el método japones consiste en que nada se crea ni se destruye, todo se copia. Que se lo digan a Amancio.

Y ya sabemos de donde ha sacado Esperanza Aguirre su idea del Bachillerato de Excelencia. Realmente original no era, porque en mi colegio había, pero el sábado en el Mundo había un artículo sobre las Grammar Schools en Inglaterra, que, en resumen, eran escuelas públicas buenísimas para los alumnos excelentísimos. Luego había otras para los corrientes y otra para los fatales. Y doña  Espe, como es Dama del Imperio Británico, pues se ha ido al modelo y ese, y nada, a transplantar.  A ver si le cuaja el esqueje porque yo estoy deseando, toda vez que  el día 5 salen las listas de los coles y yo estoy con las carnes abiertas.

A mi siempre me ha gustado mucho que me copiaran. Mi padre dice que eso es "crear tendencia", y yo también soy bastante copiona, pero siempre pido permiso. Tengo un amigo al que le fusilo todo lo que puedo. Yo nunca me he tenido por original, la verdad. Nunca he entendido ese afán de tener algo antes que nadie, ni hacer cola como una pringada para comprarse el iphone antes que nadie. Total, te esperas y lo tienes igual, caso de que quieras, y mas barato.

Quiero yo que siga Esperanza copiando cosas por ahí de los sitios excelentes. Por ejemplo, que copie el sistema japonés de las aceras, para que los ciegos no se estampen, el sistema alemán de deshacerse de los envases en la propia tienda, lo cual ahorra mucho espacio en las bolsas, el sistema trilingüe de los holandeses e israelíes, el sistema francés de convertir en delicatessen cualquier chuchería, el sistema americano de los horarios, y así, todo lo copiable.
Ha dicho Tomás Gómez que adiós Condesa.  Para mi que se equivoca.

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