domingo, 28 de noviembre de 2010

Colegios

Vaya por delante que el colegio al que yo envíaría a mi hijo no existe. De cargárselo se preocupó no  ya la Logse, sino el BUP y la EGB. En mi colegio ideal se estudiaría todo hasta el final, quiero decir, latín, griego, matemáticas y física. Si nuestros padres podían no sé porqué nuestros hijos no.

Desgraciadamente no hay ningún "Liceo Clásico" y el único colegio donde el latín es obligatorio es el Colegio Italiano y la verdad, no estoy segura de querer enviar a Ramón a un cole que no tiene uniforme para encontrármelo cenando con la capucha puesta dentro de dos años.

Es difícil.

Afortunadamente hay colegios a los que nunca llevaría a mi hijo, así que no tengo que pelearme por suplicar una plaza. Yo no digo que los demás no puedan ir,  cada uno educa a sus retoños como Dios le da a entender o trata de suplir sus carencias en la educación de sus hijos. El que no habla ni palabra de inglés mata por llevar a sus hijos a un colegio inglés, por ejemplo.

Pero como yo ya he dicho, mi colegio ideal ya no existe, así que tengo que conformarme con lo que me queda.  Y al final, elijo por reducción y eliminación.

Nada de colegios con programa "currículum" inglés.  No me compensa que "sólo" sepan inglés y del resto nothing de nothing.  El bilingüismo basado en el método comunicativo es sólo una manera mas de aprender idiomas, y yo, sinceramente, no la comparto.  No tengo ninguna intención en que mi hijo sea gibraltareño (que son los únicos completamente bilingües),  y si no pruebe a preguntarle a cualquiera de esos que dicen que son bilingües cómo se dice "boquerón" en inglés, por decir algo.
De un plumazo, me he quitado unos cuantos colegios, bastante caros, por ciertos.

Nada de colegios sin uniforme: Y ahí se me van el resto de los bilingües,  incluso aquellos que me gustan mas, como el Italiano. Una lástima, pero insisto,  sin uniforme no quiero.

Nada de colegios sin deberes ni que enseñen a leer a los seis años. Y ahí se me van otros dos, de esos de no tenemos libros, no mandamos deberes y los niños aprenden por si mismos.

Nada de colegios "alternativos", donde el consejo escolar incluya al celador y a los alumnos. Lo lamento, la democracia no es para mi.

No quiero monjas. Nada en contra de las monjas, pero no me gustan cuando les da por la rama "educación", prefiero las contemplativas, las misioneras o las de hospital. Las de colegio no me molan nada.


Así que las entrevistas al final a dos colegios, como mucho...Y uno es el colegio judío donde veo difícil que me admitan al niño y por otro lado me parece una faena enviarle (aunque me ahorraba el disfraz de pastorcito en Navidad).

Como ven, tengo muy complicado el asunto escolarización, que de momento tengo resuelto durante al menos tres años mas.  Lástima no ser asquerosamente rica y hacer el colegio que yo quisiera.....

5 comentarios:

Guiomar dijo...

Aquí estoy, abonada.
Pschsch... aquí no coincidimos mucho. Sólo en lo de que no a las monjas.
Yo también diría que no al bilingüismo si fuese impepinablemente unido a la paletez de nuevo rico de los colegios éstos de blazer con escudo y nombre de santo sajón. Pero la educación y la segunda lengua no son siempre mutuamente excluyentes, espero. Mis hijos van al Liceo Francés. Lo escogí porque cuando el mayor empezaba yo vivía fuera. No está mal, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.

Una de las que no me gusta es lo que a tí sí, los deberes desde pequeños. Yo estudié en un colegio estupendo donde en clase aprovechabas el tiempo y en tu casa, hasta 6º de EGB, te tocabas las narices. Huelga decir que me considero muy bien educada, con lo cual he sacado la conclusión de que los deberes de pequeños no sirven para nada. Siete u ocho horas diarias, si están bien empleadas, suelen ser más que suficientes para que el niño aprenda a sumar sin tener que llegar a casa a seguir sumando... No es que sea traumático sumar en casa, es que no me parece muy útil ni provechoso si el niño ya ha captado el mecanismo de la suma.

Tampoco me gustan los uniformes. Les reconozco la virtud de cercenar la creatividad en materia textil de algunas madres a las que se les va la olla y llevan a sus hijos disfrazados de todo menos de niños, pero me parecen de un triste que deprime, y tienen una pinta de picar... Donde estén unos pantalones de pana y un jersey...

En lo que sí estoy de acuerdo es en que nada como el anonimato en la blogosfera.
Toma comentario

Guiomar dijo...

Aquí estoy, abonada.
Pschsch... aquí no coincidimos mucho. Sólo en lo de que no a las monjas.
Yo también diría que no al bilingüismo si fuese impepinablemente unido a la paletez de nuevo rico de los colegios éstos de blazer con escudo y nombre de santo sajón. Pero la educación y la segunda lengua no son siempre mutuamente excluyentes, espero. Mis hijos van al Liceo Francés. Lo escogí porque cuando el mayor empezaba yo vivía fuera. No está mal, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.

Una de las que no me gusta es lo que a tí sí, los deberes desde pequeños. Yo estudié en un colegio estupendo donde en clase aprovechabas el tiempo y en tu casa, hasta 6º de EGB, te tocabas las narices. Huelga decir que me considero muy bien educada, con lo cual he sacado la conclusión de que los deberes de pequeños no sirven para nada. Siete u ocho horas diarias, si están bien empleadas, suelen ser más que suficientes para que el niño aprenda a sumar sin tener que llegar a casa a seguir sumando... No es que sea traumático sumar en casa, es que no me parece muy útil ni provechoso si el niño ya ha captado el mecanismo de la suma.

Tampoco me gustan los uniformes. Les reconozco la virtud de cercenar la creatividad en materia textil de algunas madres a las que se les va la olla y llevan a sus hijos disfrazados de todo menos de niños, pero me parecen de un triste que deprime, y tienen una pinta de picar... Donde estén unos pantalones de pana y un jersey...

En lo que sí estoy de acuerdo es en que nada como el anonimato en la blogosfera.
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Guiomar dijo...

Ti no lleva acento. A lo mejor con más deberes...

Economistadescubierta dijo...

Bueno, efectivamente no vamos a coincidir en ninguna reunión de padres :-)
Una cosa que me gusta a mi del Liceo es que los niños cambian de clase cada año (o eso tengo entendido) y eso me parece una buena idea.
En lo demás, lo dicho, el que mas me gusta es el Colegio Judío, y eso es hacerle una faena a la pobre criatura... y a mi ponerme a hacer disfraces en Purim, que malditas las ganas...

Tikitina dijo...

Os quejais de vicio: imaginad si vivierais en una mísera provincia de lo que queda de España. Las opciones son: público, concertado religioso, Opus, privado.

Públicos: no muchos; concertados: algunos; Opus: 2, uno para niñas y otro para niños; privados: dos, ambos laicos.

La elección del cole es básica, pero también la guardería (si ayuda a abandonar el pañal, es la repanocha), y el pediatra (cuanto más viejo, mejor)

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