Ya saben que yo odio la España autonómica, las 17 cosas, las transferencias, las competencias, los presidentes, los parlamentos y las paletadas. Ni consagrada por la constitución ni infante difunto.
Pues bien. Hoy recibo un mail en lengua regional, da igual cual, en respuesta a una queja mía del mes de julio, contestándome que según la ley nosecual, la lengua de comunicación es la autonómica. Chúpate esa María Teresa, que suerte tengo que no soy rusa, y puedo cagarme en su padre en una lengua que aunque no quieren hablar, entienden. Alternativamente, también puedo cagarme en su madre, cosa que tampoco me importa hacer.
Quiero y tengo derecho a expresarme en castellano y a recibir comunicaciones en castellano y a que me contesten en castellano. Mejor dicho, quiero tener derecho, pero no tengo.
Si me contestaran en inglés, podría llegar a tolerarlo. Uno va a Mallorca y se encuentra con camareros que no hablan español, pero puede llegar a perdonarlo pero claro, que en el senado se gasten lo que no producen y que las Cosas Autonómicas me contesten tres meses después diciéndome que sólo saben contestarme en su lengua local me toca las narices sobremanera.
No nos entiendo. Inventamos el enfoque comunicativo que es la mayor de las tonterías a la hora de enseñar lenguas, nos gastamos cantidades ingentes de dinero en que nuestros hijos aprendan inglés, hacemos masters y especializaciones absurdas, a ser posible en el extranjero, pero no podemos buscar trabajo en la ciudad de al lado, porque no podemos estudiar en castellano, ni ponernos malos en castellano, ni enterrarnos en castellano.
Lo siento, me resisto a toda esta Cosa, pero debo ser la única.
He contestado, naturalmente en alemán, al organismo paleto que me ha escrito diciendo que sólo se comunican en tal lengua. He repasado su pequeñez, su ignorancia, su ineficiencia, su catetismo, por citar sólo algunas de las características que les definen. Y ahora, esperaré tres meses a que me contesten.
Pues bien. Hoy recibo un mail en lengua regional, da igual cual, en respuesta a una queja mía del mes de julio, contestándome que según la ley nosecual, la lengua de comunicación es la autonómica. Chúpate esa María Teresa, que suerte tengo que no soy rusa, y puedo cagarme en su padre en una lengua que aunque no quieren hablar, entienden. Alternativamente, también puedo cagarme en su madre, cosa que tampoco me importa hacer.
Quiero y tengo derecho a expresarme en castellano y a recibir comunicaciones en castellano y a que me contesten en castellano. Mejor dicho, quiero tener derecho, pero no tengo.
Si me contestaran en inglés, podría llegar a tolerarlo. Uno va a Mallorca y se encuentra con camareros que no hablan español, pero puede llegar a perdonarlo pero claro, que en el senado se gasten lo que no producen y que las Cosas Autonómicas me contesten tres meses después diciéndome que sólo saben contestarme en su lengua local me toca las narices sobremanera.
No nos entiendo. Inventamos el enfoque comunicativo que es la mayor de las tonterías a la hora de enseñar lenguas, nos gastamos cantidades ingentes de dinero en que nuestros hijos aprendan inglés, hacemos masters y especializaciones absurdas, a ser posible en el extranjero, pero no podemos buscar trabajo en la ciudad de al lado, porque no podemos estudiar en castellano, ni ponernos malos en castellano, ni enterrarnos en castellano.
Lo siento, me resisto a toda esta Cosa, pero debo ser la única.
He contestado, naturalmente en alemán, al organismo paleto que me ha escrito diciendo que sólo se comunican en tal lengua. He repasado su pequeñez, su ignorancia, su ineficiencia, su catetismo, por citar sólo algunas de las características que les definen. Y ahora, esperaré tres meses a que me contesten.
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