jueves, 4 de marzo de 2010

El Hombre Celofán

Estoy terminando una entrada sobre la aplicación práctica de las Rules en épocas pretéritas pero de repente he querido hablar sobre el hombre celofan, al que C.W citó y sin embargo no conozco. Concretamente era el hombre celofán del musical “Chicago”, que yo no he visto, porque ya saben que yo si voy al Real, porque tengo abono, (no sé por cuanto tiempo mas, la verdad) pero no a los musicales, donde si va C.W, , porque lo que MAS le gusta en este mundo es ir a ver musicales y llorar con la transformación de la Bestia, o con la boda de Mamma Mía.

Es curioso, C.W es dura como un peñasco en sus relaciones humanas, y luego es más cursi que el día de la madre (que celebra, por supuesto).
Y esto venía a cuento de que Anónimo decía que quizás había tenido a alguien al lado y no lo había visto. Que había pasado a su lado y había sido transparente.

Está claro que somos políticamente incorrectas y por eso mismo no nos vamos a forrar, pero es que además, somos invisibles. Los parados se vuelven, en menor tiempo del que ustedes creen, invisibles. Las venidas a menos se vuelven transparentes.

Y es que a la gente le da apuro preguntar, y termina por no hacerlo. El parado, ese que según Tamara 3.0 deja de ducharse y se da al alcohol mañanero y al pastilleo nocturno, termina por desaparecer…


Es curioso que cuando se confirma que estoy terminando de desdibujarme por los bordes y a desaparecer laboralmente, y a dejar de salir en el “Quien es Quien en Recursos Humanos”, prensa salmón y zarandajas similares, de repente tengo una nueva e interesada comunidad de desconocidos, (los 17 seguidores, ya que 3 son Principal Advisors de este blog) que siguen mis andanzas como si me conocieran.

A lo mejor es que en lugar de desaparecer, estoy sufriendo una transformación.

Tengo que hacérmelo ver.

4 comentarios:

alergia dijo...

No te lo hagas mirar y continúa con la transformación! Imagino que tu cuenta bancaria estará totalmente en contra pero como seguidora interesada me encanta leer comentarios interesantes e inteligentes desde la comodidad de mi mesa. Egoísta que es una..y no quiero tentar al diablo.

Tikitina dijo...

Si ves que se desdibujan tus bordes, pues te tomas un Lactovit (en el anuncio funciona).

No creo que nos volvamos transparentes, lo que ocurre es que unas cuantas caraduras que no saben hacer nada y sólo se dedican a teorizar, creen que nos levantamos dando un chupito al vodka y nos acostamos con una litrona. Me gustaría ver qué hace esa susodicha si un día tiene que ir a fichar el Inem y pedirle permiso al mismo organismo para salir del país o irse de vacas a cualquier parte de nuestra renombrada piel de toro (o lo que queda).

Si ya no sales en la prensa salmón, pues ellos se lo pierden. Ya volverás, y lo que es mejor, sabiendo realmente quien es quien, quien te ofreció un hombro y quien la espalda.

Amigo indiscreto dijo...

Totalmente de acuerdo, Economista. Yo también me he vuelto invisible, pero totalmente invisible, en varias ocasiones. Tan invisible que ni siquiera el INEM (así se llamaba en aquella época) me veía, por más solicitudes de cursos de formación ocupacional que echara. Y la última invisibilidad fue cuando me vine a Brno; más que invisible, me borraron los españoles con los que relacionaba. Como si no hubiera existido. Pero empecé a construir unos nuevos bordes, y vuelvo a ser visible ¡quién lo iba a decir!

Laeconomistadescubierta dijo...

Alergia. No sea así, yo no me quiero desdibujar...no es solo mi cuenta bancaria la que se resiente. Y no se fíe de la comodidad de su mesa... no se fie ni un poco, porque de repente, llegan unos y se la llevan...

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