A pesar de que todo el mundo dice eso de que lo mas importante de las organizaciones son las personas y todas esas tontadas que me dan de comer, hay una temporada especialmente intensa para los que trabajamos en este negociado.
Digamos que es la temporada que va desde mitad de octubre hasta febrero y que comprende la llamada "Evaluación del Desempeño" " Revisión y fijación de objetivos" "política salarial y ascensos" y "comunicación y pago de incentivos e incrementos salariales".
No digo yo que no haya trabajo durante el año, que lo hay. Siempre hay que pagar los sueldos, los seguros sociales, organizar cursos de inglés a los que luego nadie va, entrevistar a algún recomendado pesado, en fin, la actividad normal...
Pero luego viene "La Temporada", que equivale a la temporada de caza, la semana grande, o la temporada a la que se refiere la Feria de las Vanidades (cuanto me gusta ese libro, por Dios) y que asumo debía ser en invierno, pero nunca lo tuve del todo claro.
Esta es la temporada donde el libro de cabecera "los mil mejores refranes de la lengua castellana" debe estar a muy a mano para resolver cualquier duda que el empleado pueda tener. Básicamente las dudas siguen los mismos patrones de comportamiento que todo lo demás, y que ya vimos que se desarrollan tanto en el WFA como en las multinacionales. Sexo, poder, territorio, celos y miedo. Osea. Lo de siempre.
Sea por ejemplo la situación siguiente.
"Mi secretaria me ha pedido aumento de sueldo, disminución de la jornada y dos categorías mas, y yo creo que se lo merece".
He aquí un claro ejemplo de "el que no llora no mama". La secretaria es un paquete, el jefe mantiene una larga relación de amor odio con ella pero ella insiste hasta la saciedad en que su salario bruto anual de 40.000 euros es una vergüenza y el jefe traslada la petición a Recursos Humanos.
En cualquier caso, hay que dedicarle una tardecita entera a sacar listados salariales de comparación y encuestas de secretarias para demostrarle a la tal que su sueldo no sólo está bien, sino que haría años que tendría que haber sido despedida por absentista y chismosa. Pero eso si, la tarde ya la has echado.
O esta otra:
"¿que tengo que poner en los objetivos del departamento?". Esto es "ser tonto hasta el almuerzo, y luego, todo el día"
Y ahí, toda la mañana explicándole al jefe que, dado que es el jefe, debería saber que espera de la gente que trabaja para el. Y así, otra mañana perdida.
Como ven, nada que no les suene familiar.
La temporada acaba de empezar. Prometo tenerles al día.
Digamos que es la temporada que va desde mitad de octubre hasta febrero y que comprende la llamada "Evaluación del Desempeño" " Revisión y fijación de objetivos" "política salarial y ascensos" y "comunicación y pago de incentivos e incrementos salariales".
No digo yo que no haya trabajo durante el año, que lo hay. Siempre hay que pagar los sueldos, los seguros sociales, organizar cursos de inglés a los que luego nadie va, entrevistar a algún recomendado pesado, en fin, la actividad normal...
Pero luego viene "La Temporada", que equivale a la temporada de caza, la semana grande, o la temporada a la que se refiere la Feria de las Vanidades (cuanto me gusta ese libro, por Dios) y que asumo debía ser en invierno, pero nunca lo tuve del todo claro.
Esta es la temporada donde el libro de cabecera "los mil mejores refranes de la lengua castellana" debe estar a muy a mano para resolver cualquier duda que el empleado pueda tener. Básicamente las dudas siguen los mismos patrones de comportamiento que todo lo demás, y que ya vimos que se desarrollan tanto en el WFA como en las multinacionales. Sexo, poder, territorio, celos y miedo. Osea. Lo de siempre.
Sea por ejemplo la situación siguiente.
"Mi secretaria me ha pedido aumento de sueldo, disminución de la jornada y dos categorías mas, y yo creo que se lo merece".
He aquí un claro ejemplo de "el que no llora no mama". La secretaria es un paquete, el jefe mantiene una larga relación de amor odio con ella pero ella insiste hasta la saciedad en que su salario bruto anual de 40.000 euros es una vergüenza y el jefe traslada la petición a Recursos Humanos.
En cualquier caso, hay que dedicarle una tardecita entera a sacar listados salariales de comparación y encuestas de secretarias para demostrarle a la tal que su sueldo no sólo está bien, sino que haría años que tendría que haber sido despedida por absentista y chismosa. Pero eso si, la tarde ya la has echado.
O esta otra:
"¿que tengo que poner en los objetivos del departamento?". Esto es "ser tonto hasta el almuerzo, y luego, todo el día"
Y ahí, toda la mañana explicándole al jefe que, dado que es el jefe, debería saber que espera de la gente que trabaja para el. Y así, otra mañana perdida.
Como ven, nada que no les suene familiar.
La temporada acaba de empezar. Prometo tenerles al día.
2 comentarios:
Me ha encantado querida Economista.
Ahora por favor centrate en los Recursos Humanos de ZP que por fin se ha cargado el Ministerio de Igualdad y esperemos que a Bibiana también!
O te referías a eso con la relación jefe-secretaria amor-odio?
A cambio tenemos al cuerpo sideral de la Pajín.
Muy buena entrada, lo del jefe diciendo: y qué pongo?? es de traca y lo peor es que lo dice, o la nueva moda: pedirles a los empleados qeu sean innovadores en sus objetivos, no te digo... y luego que cobre 7 veces más que el currito de turno, es para mear y no echar gota.
Estoy enganchado a tu blog.
Publicar un comentario