La lectura de "la otra crónica" del Mundo de los sábados da para mucho... especialmente el artículo de Jorge Javier Vázquez, que será todo lo polémico que ustedes quieran, pero escribe razonablemente.
El pasado sábado JJ nos contó como se había redimido yendo por primera vez al Real, a pesar de que no quería. Este es el asunto, la mitad de los que se redimen, no quieren hacerlo.
Y luego, les confieso, me he leído la No entrevista de Vanity Fair. Lo mas resaltable, que Letizia gesticula y toca los hombros de las personas. Me lo temía.
Desperdigada en varios sitios. www.trumanfactor.com Y economistadescubierta.com
lunes, 22 de febrero de 2010
Pablo de Lora
Me tragué ayer varias de las ponencias de Pablo de Lora, avisada por una amiga profe de la Complu. La Complu hace mucho que dejo de ser la u...
-
C.W. Carrigton, que desde que tenemos un lector ha descubierto que si tiene tiempo en el trabajo para hacer el blog, me pide, como manager d...
-
< Yo fui a una de esas escuelas de Flórez que hab'ían sido diseñadas, mas que con criterio pedagógico, con criterio higiénico. Aula...
-
En la época previa al W.F.A, servidora se ganaba la vida como Directora de Recursos Humanos, ¿y como tu, con la de contactos que debes tener...
2 comentarios:
Pero Economista, por favor, reflexione y deténgase en esa pendiente que lleva a la anulación de su autoestima. Volver al paro no significa abandonatr toda esperanza y leer a Jorge Javier Vázquez. En Colombia se dice que si ves a alguien que anda como un pendejo, habla como un pendejo y viste como un pendejo, debes tener mucho cuidado porque casi seguro que se trata de un pendejo. Bueno pues este ciudadano antes aludido, por lo visto y oído, casi seguro que lo es y lo que escribe casi seguro pendejadas. Amiga Economista, lea (o relea) Vd a Jorge Amado, a Fernando Aramburu, a Amos Oz, no sé, a Eça de Queiroz, y desista de leer a aquél cuyo nombre es mejor ni pronunciar.
Piense en la brevedad de la vida. Tempus fugit.
Tiene usted razón. Me pongo otra vez con los esenciales. Que haríamos sin usted y sus sabios consejos.
Por cierto, la historia del Mus me recuerda mucho a una que me contaron hace años, de uno que le llamaban "la vieja"
Publicar un comentario